Los tres apóstoles lo volvieron a hacer el Martes Santo por la tarde. Desde bien temprano, a las siete y media de la tarde, no cabía ni un alfiler en las inmediaciones del Gobierno Militar, el Parque de Atillería y, al go más tarde, el Arsenal Militar. La popularidad de los tres apóstoles se incrementa año tras año y consigue que su traslado a la iglesia de Santa María de Gracia sea de lo más espectacular y concurrido.

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Desde bien pronto, en el Gobierno Militar no cabía ni un alfiler. En la sede de la Muralla del Mar se respiraban más nervios que de costumbre ante la salida del apóstol. La agrupación estrenaba un nuevo tercio, el tercio femenino del 'Lavatorio de los Pies' que, temporalmente, procesionará el Martes Santo hasta que esté listo el trono que acompañará al cortejo, que será cuando salga en la magna procesión california del Miércoles Santo.

"Estoy bastante nerviosa. Es la primera vez que que salgo y soy santiaguista de toda la vida, para mí es la ilusión de mi vida poder procesionar con el apóstol", comentaba instantes antes de la procesión una de las penitentes del 'Lavatorio de los Pies'.

Pero, sin duda, lo que más esperaban los miles de cartageneros que desde bien temprano habían cogido sitio en la Muralla y en la calle Príncipe de Vergara eran esas salvas que despedían al apóstol Santiago, Patrón de España, que iba a reunirse con San Juan y San Pedro.

Por su parte, el paso lento y natural del San Juan despertó la admiración tanto de cartageneros, como de turistas que presenciaban la procesión no solo a su salida en el Parque de Artillería, sino durante todo el recorrido.

La sorpresa de muchos que no recordaban la procesión de años anteriores fue a la llegada a la iglesia del trono del San Juan, también portados a hombros. Los caballeros portapasos soltaron las manos e hicieron toda la maniobra de entrada a la iglesia con solo la sujeción del hombro, algo que arrancó los vítores de los que presenciaron el momento.

Por último, el gran protagonista de la noche fue San Pedro. Acompañado del piquete de infantería de marina y de la banda de infantería. Este año se ha solicitado la declaración de Bien de Interés Cultural del traslado de este apóstol. El discípulo, tras recibir el permiso correspondiente para ausentarse durante un día del Arsenal se dirigió entre vítores al encuentro con los otros dos apóstoles. Su paso no estuvo exento de vítores ni de fotografías por parte de los que presenciaron tanto su espectacular salida como su recogida.