Cartagena, de penitencia hoy como ayer PDF Imprimir E-mail
Escrito por 21DEhoy agenCYA. Vídeo: cartagenacofrade.es - 7 de abril de 2017, viernes   

El vía crucis del Cristo del Socorro, que rememora cómo eran las procesiones del siglo XVII, ha protagonizado la madrugada arropado por numerosos vecinos y algunos visitantes.


Tres y media de la mañana. Los tronos del Cristo del Socorro y de la Soledad del Consuelo se ponen en marcha bajo la carpa de la antigua calle del Sepulcro. La primera procesión de España (y quizás del mundo) ha comenzado. Es un cortejo de penitentecia, marcado por la austeridad, en el que el ‘camino de la cruz’ acoge sus catorce estaciones, en oraciones llevadas a cabo por el capellán de la hermandad, Lázaro Gomariz, y en el que no existe el genuino orden del desfile cartagenero, pues en aquella época aún no estaba implantado.

“No es su cruz”, es la nuestra, es parte de uno de los primeros rezos que se escuchan en el descenso hacia la plaza de San Ginés, donde las imágenes reciben las primeras saetas que rompen el silencio, que en ocasiones también rompen las gaviotas. “Verdaderamente es el hijo de Dios”, se escucha en la décimo segunda estación, tras salir de una abarrotada basílica de la Virgen de la Caridad y, a diferencia del año anterior, todavía de noche (este año el cambio de hora ha sido anterior al inicio de la Semana Santa), aunque el cielo ya empieza a perder su cerrado negror. Antes hubo un alto especial en Santa María de Gracia, ante la que fuera patrona en aquellos años de la fundación de la cofradía en 1691, la Virgen del Rosell.

Llega la estación 14. Plaza de San Ginés. Las imágenes de Madre e Hijo se encaran. Es la despedida bajo los primeros rayos de sol. A las 7.25 horas los numerosos asistentes comienza a cantar la Salve Cartagenera, mientras suena un cohete. A su conclusión, más explosiones en el cielo y ‘vivas: “¡Viva el Cristo!”. Ambos tronos toman direcciones distintas, pues la Virgen se dirige a Santa María y el Cristo del madero hacia el punto de partida, esta vez cuesta arriba con sus portapasos ascendiendo a ‘ritmo de legionario’, otra de las escenas que cautivan en estas primeras horas procesionistas.

Ha concluido, con satisfacción, el Vía Crucis. Nuevamente ha asistido José Manuel Martínez Rosique, capellán de la hermandad hasta hace dos años y que tras ser destinado a Calasparra, tanto el pasado año como el presente se ha desplazado hacia ‘su’ Cartagena, tras los oficios en su nuevo punto de destino, para salir en el desfile. Siete grados de temperatura antes de salir el sol y algo de ‘heló’, como se dice por esta tierra, con lo que nuevamente muchos espectadores han echado mano de prendas de abrigo y ya piensan en tomarse unos calenticos churros en breve. Entre los rostros de los penitentes hay satisfacción. Todo ha salido bien. Tres mujeres (foto adjunta) han cumplido 16 años en este ‘camino de la cruz’. Otros son de nuevas generaciones. Muchos regresan con flores en las manos. Proceden de los tronos y son para los seres queridos. Queda mucho día para festejar a la Patrona, pero la jornada no ha podido empezar mejor.


 

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