“Han sido muchos más los beneficios generados que los perjuicios, pero el programa del agua del Campo de Cartagena no puede depender de las lluvias”, expresa Vicente Carrión, presidente de COAG en la comarca, quien considera que no es “excesivamente costosa” conectar las cabeceras del Duelo y el Tajo, pues sólo hay setenta kilómetros de distancia.
- “El desbordamiento del canal del Trasvase creo que se podía haber evitado”
Nunca llueve a gusto de todos, incluso, en el mundo agrícola. Hay plantaciones que se han visto dañadas, como las de lechugas, alcachofas, brócoli o habas, “pero es mucha más la satisfacción que los destrozos, que también los habido, que ha podido generar. Si ponemos en una balance lo positivo y lo negativo”, es para estar muy contentos, expresa a este diario el presidente del sindicato agrario COAG en Cartagena, “ha llovido copiosamente, lo que es muy bueno tanto para las zonas de regadío como las de secano”.
Apunta que los daños se han centrado en zonas donde el agua se ha acumulado, como el suceso del desbordamiento del canal del Trasvase, que tuvo lugar por la tarde de ayer y esta pasada madrugada. “Ha estado tirando agua y considero que se podía haber evitado teniendo, como tenemos, pantanos vacíos”.
Esta abundante lluvia no calma la reivindicaciones de los agricultores hacia el gobierno de la Nación. “La solución para el Campo de Cartagena no es que venga agua del cielo, sino que lo haga por la vía del Trasvase, pues tampoco es solución recibirla de las desaladoras”. Por tanto, seguirán con el calendario de actuaciones y movilizaciones programadas a nivel regional, que incluye reunirse con responsables del ministerio. “Lo que seguimos queriendo es que se haga un Plan Nacional del Agua con una interconexión de cuentas para no depender del cielo”, apunta sobre la vieja reivindicación de los agricultores de esta zona desde los tiempos de Carlos III, en los que se comenzó a crear un canal que no llegó a concluirse y cuyos restos aún se pueden observar en la granadina comarca de Huéscar. “Pienso”, continúa diciendo Vicente Carrión, “que la solución es sencilla y no demasiado costosa con la maquinaria actual, pues se trataría de conectar los setenta kilómetros que sepan las cabeceras de los ríos Duero y Tajo, junto a otras actuaciones”, señala, remarcando que es, ante todo, “cuestión de voluntades”.
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