Una tarde de gladiadores, carreras y danzas |
Escrito por Rocío González. Fotos: Marian.G-Saga. Vídeo: Marina Santervas. 25 de septiembre de 2016, domingo |
El Circo Romano logró su objetivo de entretener a algo menos de dos mil personas en el epílogo de las fiestas de Carthagineses y Romanos. Con quince minutos de retraso y algún que otro hueco en las gradas, el Circo Romano consiguió su objetivo: hacer disfrutar a los espectadores, que participaron del acto con sus vítores y gritos de ánimo a los gladiadores que se batieron durante hora y media en la arena de la plaza de toros portátil instalada para la ocasión. La bravura de los jinetes y la carrera de bigas en la que no han faltado los choques, disputas y trampas entre los competidores ha sido lo más espectacular del acto romano, presidido por el general Escipión y su esposa Emilia Paula. Uno de los momentos más emocionantes del acto romano fue la carrera de bigas. El equilibro y manejo de los carros hizo a más de un espectador estar en vilo, pues las bigas no parecían ser muy estables. Los golpes fortuitos e intencionados de cada contendiente a sus rivales hicieron que resultara muy entretenida. Como viene siendo habitual en una de las pruebas, la que tiene que ver con atravesar un aro de fuego, hio enmudecer al auditorio que esperaba que los caballos, con jinetes incluidos, lo atravesaran, pero solo un par de ellos complacieron los deseos de espectáculo. Por último comenzó el combate cuerpo a cuerpo, en el que solo hubo un ganador: 'El Alejandrino', que consiguió atemorizar a los rivales y encandilar a los espectadores. Entre prueba y prueba grupos de acróbatas y bailarinas amenizaron la espera. |