De boda y divorcio 'express' en el campamento PDF Imprimir E-mail
Escrito por Rocío González. 20 de septiembre de 2016, lunes   

Decenas de festeros celebran las Bodas de Aníbal e Himilce con enlaces y separaciones durante toda la noche en el Campamento festero.

 

 

 


 

No hay ni un festero que no haya pasado por el altar por lo menos una vez durante la noche de Carthagineses y Romanos.Al igual que tampoco hay festero que no se haya arrepentido de su decisión y haya decidido pedir el divorcio al segundo ddespués. Y es que el lunes de las Bodas de Aníbal e Himilce las tropas se divierten por la noche en el campamento festero con bodas y divorcios 'express'.

 

Centenares de personas llegaban al recinto festero después de presenciar la unión matrimonial del general Aníbal con la princesa Himilce. Lo primero que se encontraron en la calle carthaginesa fue un gran puesto del Consejo Carthaginés con la tardta nupcial. 2.500 raciones de chocolate y 6,5 metros de largo de tarta que los pasteleros Clemente Acosta, Juan Pére y Ángel Durán preparon cuidadosamente para que ningún festero se quedara sin probar el pastel del gran banquete de bodas.

 

Y una vez con el estómago bien lleno, llegó la hora de imitar el acto que horas antes tuvo lugar en el puerto: las bodas. 13 tropas en total lo dispusieron todo con rituales de lo más diversos para que esa noche fuera única para parejas, tríos e incluso cuartetos. "Vengo todos los años a casarme aquí es como un ritual", asegura Paco García, que ha acudido esta vez con una compañera de piso. Si bien admiten que lo que buscan es la diversión "y lo que dan al casarse", en referencia a los pequeños presentes de algunas tropas o a las viandas y vino que ofrecen en otras.

 

Para Almudena Velasco, casarse en el campamento "es una manera diferente de celebrar el amor que sientes con tu pareja". Ésta era su primer paso por el altar y tras contraer matrimonio en los Tartesos está más que segura que no será la última vez que acceda a completar este tipode ritos en el campamento.

 

El contrapunto a las uniones lo pusieron los Honderos. Y es que no todas las parejas han de ser felices y comer perdices. Para los divorcios express había casi más cola que en los distintos campamentos carthagineses donde podías casarte. "Me voy a divorciar de mi marido, vamos a ver cómo es eso de vivir separados aunque solo sea esta noche", explicaba entre risas Concha para quien aún había noche por delante para casarse y seguir divorciándose más veces.

 

Está claro que la diversión no siempre tiene que estar reñida con el matrimonio.

 

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