El estreno de uno de los actos de la Fundación de Qart-Hadast en la plaza de San Francisco convence al público en el primer día púnico de las fiestas que ha recuperado los sucesos de hace 2.245 años. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)

Mastia se ha convertido en Qart-Hadast y lo ha hecho por la vía pacífica, tras un pacto entre el rey Mucro y el general cartaginés Asdrúbal Janto. Sobre este último, ‘El potro de Cartago’, gira la triple puesta en escena que el Consejo Carthaginés ha desarrollado, un año más, en diversos escenarios de la ciudad.

La primera parte se ha situado en el puerto, donde ha tenido lugar el entierro de Amílcar Barca ‘El Rayo’, la toma de posesión de Asdrúbal al frente de los ejércitos cartagineses en Iberia y un sueño en el que una mujer (Esther García), en respuesta a su petición a la madre de Cartago, convencerá al estratega sobre cómo conseguir levantar una gloriosa ‘ciudad nueva’. Todo se plasmará en el tercer acto, que se ha desarrollado en la plaza de Los Juncos, donde un estrechamiento de manos entre Asdrúbal y Mucro evita una batalla que se hacía presagiar por la voluntad conquistadora de unos y la ferrea defensa de su pueblo (Mastia) de otros. Los fuegos articiales han cerrado una representación en la que un desfile de tropas, aderezado de animación y fuego, ha cubierto las calles que enlazan los tres puntos de actuación.

Falta una escena, la segunda, que merece capítulo propio, pues era la novedad de esta edición y no por su desarrollo, sino por su escenario. La plaza de San Francisco mejora (y mucho) la rotonda anexa a la plaza de Juan XXIII, pues el público puede ver mejor las escenas y éstas, a su vez, lucen más. El escenario se ha situado junto a la estatua de Isidoro Máiquez, bajo el arbolado principal, y en el centro del rectángulo ha tenido lugar la batalla entre los carthagineses y las tribus oretanas, cuyo caudillo ha tenido una honorsa muerte tras mediar Asdrúbal.

Ocurría en el año 229 antes de Cristo. Un pueblo se transformaba en una gran ciudad: Qart-Hadast.