Una plaza portátil con un aforo para 2.000 espectadores instalada en la explanada cercana al Campamento Festero acogerá el espectáculo.

El Circo Romano será más auténtico que nunca en la edición de este año, que tendrá lugar el próximo 25 de septiembre, en horario vespertino, potenciando las acciones espectaculares de la treintena de especialistas que desarrollarán sus batallas cuerpo a cuerpo y las carreras de bigas con arrastres.

El objetivo, según el presidente del Senado Romano, José Antonio Meca, es que sea un montaje que “no aburra y haga vibrar” a los 2.000 espectadores, que podrán recoger sus entradas al precio de 5 euros en el centro comercial cercano al campamento festero.

El espectáculo incluirá nuevos números de especialistas en malabares, así como juegos de habilidades y espectáculos de danza, ha avanzado el presidente del Senado Romano, José Antonio Meca.

Otra novedad es que el Circo tendrá lugar en la plaza portátil, con capacidad para 2.800 personas, pero que la organización reducirá a unos 2.000 asientos para que puedan “disfrutar del espectáculo sin necesidad de estar apretados”, ha apuntado Meca.

En caso de que en los próximos días, se hayan vendido todas las entradas, el Senado Romano se plantearía realizar una segunda sesión matutina, para lo cual ya se ha negociado con la empresa encargada del espectáculo esta posibilidad.

La organización ha buscado un terreno mejor preparado para esta edición, con el fin de aminorar los efectos de posibles lluvias torrenciales durante esos días. En este sentido, Meca ha recordado lo ocurrido hace dos años, cuando el Circo se vio afectado por las tormentas de los días anteriores.

En el programa del evento, que el presidente del Senado Romano calcula que durará una hora y cuarto, se contemplan ejecutar pruebas de habilidad, las carreras de bigas, actuaciones de malabares, batallas de gladiadores; es decir, “volver al espectáculo original que hacían los romanos, con su famoso ‘pan et circus’”, ha concluido Meca.

Además, este año se adelantará a la mañana el desembarco de legionarios, que tiene lugar previo a la Batalla del segundo viernes de las fiesta para crear ya un ambiente festivo desde primera hora de la mañana y que coincida con los miles de cruceristas que llegarán a Cartagena a bordo de tres cruceros.