La ‘burbuja de los bares’ comienza a resquebrajarse PDF Imprimir E-mail
Escrito por Carlos Illán - AgenCYA. 14 de abril de 2015, martes   

El ‘boom’ de los nuevos establecimientos hosteleros comienza a pagar el exceso en el extrarradio de la ciudad (en una calle de Los Dolores cerraron seis casi a la vez) y se teme que al final suceda lo mismo con la gran multiplicación de locales en el centro de la ciudad, donde algunos ya buscan nuevos dueños.

 


Fruterías, peluquerías y clínicas dentales figuran entre los negocios que más altas han registrado en Cartagena en los últimos tiempos por parte de personas que sacan su espíritu emprendedor en una época en la que el trabajo por cuenta ajena escasea. Por encima de todos ellos se ha percibido un incremento espectacular de bares en los últimos meses, quizás porque se trata de una actividad que no precisa una complicada formación y sí ofrece unos márgenes importantes. “Vamos a acabar con más bares que personas” es una frase jocosa que más de uno ha escuchado sobre este asunto, que recuerda al o que sucedió hace unos años con la descontralada construcción de viviendas, que dejó muchas de ellas abandonadas y sin moradores tras explotar la ‘burbuja inmobiliaria’.

Aunque el cartagenero es de persona de salir y de bares, ya sea en familia o en solitario, lo cierto es que parece excesiva la cifra alcanzada. “Por exceso también se muere”, expresaba Francisca Naranjo, presidenta de Hostecar hace unas fechas, apuntando que con un exceso de locales los beneficios se reducen para cada hostelero de forma considerable.

Los Dolores es un ejemplo de que la ‘burbuja’ empieza resquebrajarse, pues en la calle Conesa Calderón (las que más locales de este tipo registra en la zona norte de Cartagena) cerraron casi a la vez seis establecimiento hace unas semanas (Ópera, La Taberna Manchega -que ha tenido tres dueños en pocos meses-, La Peseta, La Bodega del Mar -de reciente alta- y otros), junto a un kebap de una calle próxima. “No alegra que se cierre un negocio, pero si unos no ‘se sacrifican’ otros no podrán vivir”, expresa a este periódico un hostelero.

También se observa algo similar en la zona del Ensanche, con unos cinco restaurante y bares que han cerrado o han colocado el cartel de ‘Se traspasa en sus fachadas’. Algunos están en portales de internet, como un restaurante de Ángel Bruna que fue reformado y que ahora se traspasa por 35.000 euros y otro de Jiménez de la Espada por el que se piden 30.000 euros.

Locales de muchas barriadas y del extrarradio de la ciudad también están en estos portales de anuncios. Llama la atención un bar de La Vaguada que sus dueños han cerrado para abrir otro en el casco antiguo de Cartagena, pues se considera que es la zona que está de moda, que más se ha mimado por parte del Ayuntamiento, que más turistas recibe y, por tanto, la que ofrece más posibilidades de éxito. Así, los locales se cuentan por decenas, pero no es ‘oro todo lo que reluce’ y el temor es que también explote esta ‘burbuja urbanita’. Ya hay algunos establecimientos que buscan nuevos dueños, como uno de la plaza del Icue y otro de la plaza del Ayuntamiento, junto a otro de la calle Cañón.

En la calle dolorense Conesa Calderón antes mentada por los seis cierre vive ahora la reapertura de algunos con otros nombres (El Gato Viejo y The Blonde), pero lo cierto es que las cifras que restan ya superan a las que suman en este sector.

 

 

Este sitio utiliza cookies de Google y otros buscadores para prestar sus servicios, para personalizar anuncios y analizar las visitas en la web. Google recibe información sobre tus visitas a esta página. Si visitas esta web, se sobreentiende que aceptas el uso de cookies. Para mas informacion visite nuestra politica de privacidad.

Comprendo las condiciones.

EU Cookie Directive Module Information