Los directores de Repsol Cartagena y de la empresa coreana SKL, José Luque y José Sancho, respectivamente, han visitado esta mañana a la alcaldesa Pilar Barreiro para comunicarle los detalles de la nueva planta de lubricantes que empezará a construir en breve SKL en el Valle de Escombreras.

La nueva fábrica dará trabajo a unas 160 personas cuando esté en funcionamiento, a unas 300 personas de media durante su construcción y podría alcanzar los 1.000 trabajadores en el momento de máximo rendimiento durante su edificación.

En cuanto al perfil del trabajador, se exigirá sobre todo un alto conocimiento de inglés. Como en la empresa hay personas coreanas y españolas, es conveniente que el idioma oficial para que nos entendamos todos sea el inglés, ha indicado el director de SKL.

Por ahora se están cumpliendo los plazos estipulados. El director de SKL ha asegurado que esperan iniciar antes del verano la adecuación del terreno de cara a la construcción de la planta y que a mediados del año 2014 esté lista.

La inversión que se va a realizar es de 250 millones de euros y la planta tendrá capacidad para 600 mil toneladas de lubricante, un material que, en palabras de José Sancho, será necesario para todos los motores que se produzcan en Europa a partir de 2014, que forman una parte importante de los lubricantes de automoción que se consumen ahora.

Asimismo, la superficie que ocuparán son 50 mil metros cuadrados en la zona de la refinería, la nueva planta ocupará el espacio anexo al C-10, y otros 50 mil metros cuadrados en el puerto.

El capital de SKL es 70% coreano y 30% español, se ha decantado por Cartagena para ubicar su nueva planta de lubricantes por la cercanía de la refinería, por la facilidad para acceder a la materia prima de su producción y por el apoyo de la administración a la hora de tramitar los permisos suficientes para la obra.

La más grande de Europa
La nueva planta del Valle de Escombreras va a ser la primera fábrica de lubricantes de base 3 que tenga España y la segunda y la más grande de Europa. De hecho, se espera cubrir el 50% de la demanda europea de este tipo de lubricantes.

Por otro lado, la planta del C-10 ya está a pleno rendimiento y, actualmente solo hay unas 200 personas que están realizando remates finales. Cartagena ha pasado de ser una refinería poco competitiva a estar al 100% de su capacidad, ha destacado Luque.